20 feb 2014

Bávaros, ingleses y catalanes


La UEFA Champions League está entrando en las etapas decisivas donde para persistir es necesario ganar. Esta semana se disputaron cuatro partidos por los octavos de final, de donde resalto un par de enfrentamientos: Manchester City (ING) – Barcelona (ESP) y Arsenal (ING) – Bayern Múnich (ALE). Los otros quipos que se vieron las caras en sendos fueron: Leverkusen (ALE) - París Saint-Germain (FRA) y AC Milan (ITA) – Atlético de Madrid (ESP).

Leverkusen y PSG ofrecían a priori una serie interesante. Los alemanes ocupan el segundo peldaño en la Bundesliga —monopolizada por el Bayern—, y teniendo en cuenta lo competitivo que se ha vuelto el fútbol alemán, no sólo en paridad, sino en calidad, esperaba que en la ida, y jugando en su casa, se enfrentaran dignamente a los franceses. Un contundente marcador con cuatro goles de diferencia favorable a las estrellas de París habla a las claras que de ‘digno’ no hubo mucho. La serie quedó sentenciada aún sin jugar en Parque de los Príncipes. Sin Cavani pero con la presencia rutilante de Zlatan Ibrahimovic —de actuación soberbia y un doblete personal—, PSG vapuleó a su rival.


El duelo entre españoles e italianos me resultaba muy poco atractivo. No puedo desmerecer que los madrileños estén en lo más alto de la Liga, ni desconocer la historia del conjunto rossonero —de la cual está muy lejos con esta actualidad—, pero sus propuestas futbolísticas, y el hecho que coincidiera con un partido de muy buenas expectativas, hizo que eligiera otro menú futbolístico. Del partido poco puedo decirles, ya que realmente no lo vi, pero el 0-1 del Atlético en parte es revelador. En otra época sería impensado que los italianos cayeran así como así en su propia casa. No es el Milan de antaño, eso es claro, y este Atlético ha ido forjando, desde hace unos cinco años a esta parte, un aire competitivo para conseguir cosas en Europa. Eliminar a los italianos será sin dudas algo importante, y no dudo en que puedan conseguirlo.


Manchester City vs Barcelona

Me esperaba algo totalmente distinto a lo que vi. Me imaginaba que el conjunto celeste iba a tener esos destellos de buen fútbol como le vi ante Bayern Múnich en la fase de grupos o algunos pasajes de la Premier League, y no que fuera dominado por Barcelona. ¿Tuvo ocasiones y buenos momentos? Ocasiones tuvo; buenos momentos, sólo a cuenta gotas. Pero quienes llevaron la batuta del encuentro fueron los visitantes, los catalanes que no hace mucho conquistaban a Europa y enmudecían al mundo con sus actuaciones brillantes.

Xavi e Iniesta volvieron a ser los mismos que dirigía Pep Guardiola. Cesc apareció de vez en cuando, Alexis se mandó sus diagonales peligrosas; y Messi, tal vez no en uno de sus mejores partidos, pero siempre pesando en el juego de su equipo. No puedo no mencionar las intervenciones, sumamente importantes, de Víctor Valdés ni tampoco las constantes subidas de Dani Alves, quien fue y fue, y encontró recompensa: el segundo gol fue suyo.

¿Del otro lado qué? Si bien es cierto que Barcelona sabe mover el balón como pocos equipos en el mundo, hubo cierta pasividad por parte de “los ciudadanos” al punto de dejar jugar a los catalanes hasta los tres cuartos de cancha. Había incomodidad, en parte, y pocas veces durante el partido el equipo logró soltarse. En ningún momento vi que a base de juego el City iba empujando al Barça hacia su arco. Creí, antes del partido, que este sería el panorama más frecuente. Pero sólo llegó en contadas situaciones. Recuerdo un cambio de frente que recibe Zabaleta y que éste toca de primera, con suma sutileza, hacia David Silva; el español la controla de pecho y dispara cruzado de volea. Allí se vio la seguridad de Víctor Valdés, controlando sin dar ni siquiera un rebote.

La expulsión (de Demichelis), el penal, y el gol (de Messi), fueron demasiado y la balanza se desequilibró. Hasta ese momento, Barcelona estaba protagonizando el partido y el City intentaba neutralizarlo. Luego de eso, Barcelona dominó abiertamente, diría, y los ingleses procuraron sólo salir del ahogo silencioso en cuanto pudieran. Pudieron pocas veces, y cerca del final, tras un intento prácticamente calcado, Dani Alves pisa el área y define para superar al arquero del local.

Teniendo en cuenta la importancia de los goles hechos en condición de visita, Barcelona está en una situación sumamente favorable. ¿La serie está definida? Esto no sabría decirlo. Sigo creyendo que el Manchester City está en condiciones de hacerle un gran partido al Barcelona. Tal vez la irregularidad juegue en su contra, o una situación como quedar con 10 lo haya condicionado en exceso; pero elementos tiene, y de mucha calidad, sólo debe crear los argumentos.


Arsenal vs Bayern Múnich

Si les soy sincero esperaba más del City – Barça que de esta serie. En la otra podía pasar cualquiera de los dos (y aún pueden, creo yo); en esta, lo dudo. Por más que Arsenal estuviera liderando la Premier League, pareciera ser que en partidos cruciales, ante los equipos más fuerte de Europa, algo falla. ¿Los jugadores? Puede ser. Los londinenses tienen futbolistas ‘exquisitos’ para llevar a cabo su idea. Pero su idea parece evaporarse cuando un rival más fuerte, de más peso, lo enfrenta. Mientras en su alineación presentaba a Özil, Cazorla, Chamberlain, su rival tenía a Robben, Götze, Kroos, Neuer, Lahm, Thiago. ¿Cuántos del Arsenal serían titulares en el Bayern Múnich? ¿Cuántos bávaros jugarían en el once inicial de Wenger?

El partido inició bastante bien para los locales. Tuvieron la posibilidad de plasmar su juego, tocar, abrirse, llegar. Tuvieron un penal y lo malograron. Pero eso sólo duró muy poco para los que fueron los noventa minutos en total. Si bien es cierto que todo pareció hacerse más sencillo con el penal del arquero polaco y su posterior expulsión, el partido continuó 0 a 0 tras haber fallado el segundo penal del partido Alaba.

¿Quién abrió el partido? Toni “sé hacer todo en el medio campo” Kroos. Tras un pase desde fuera hacia dentro, el mediocentro alemán abrió el pie y golpeó con un efecto preciso la pelota. Entró contra el ángulo y por más que Fabianski se estirara, no logró ni siquiera rozarla. Kroos ya había tenido una similar a los dos minutos de iniciado el partido, en ese caso una respuesta extraordinaria del portero, que se terminó yendo expulsado —en ese momento ingresó Fabianski—, le había ahogado el grito de gol.

El segundo tiempo fue de no creer. Los centrales que dispuso Guardiola para ese momento —Dante y Javi Martínez— jugaban en campo rival sin pisar el círculo central. Los bávaros, que en la ocasión vestían de azul, estaban todos en campo del Arsenal y reunidos en poco menos de cuarenta metros. El segundo gol podía llegar en cualquier momento, eso estaba claro. Con diez hombres, Arsenal no sólo le dio la pelota a su rival, sino también se reunió todo al borde del área, en dos líneas que iban rompiéndose con el toque de pelota alemán.

Faltando no mucho para terminarse el encuentro, Pizarro arrastró marcas y una pelota cayó en el corazón del área donde antes se encontraba el peruano; Müller, que hacía poco había ingresado desde el banquillo, cabeceó y mandó la pelota al fondo del arco, a que acariciara la red. Con eso se sellaba un 2 a 0 que, en parte, se quedó corto si vemos la superioridad en todo aspecto que tuvo Bayern Múnich en este partido.

La vuelta me parece que está sentenciada. Es la misma diferencia que consiguió Barcelona ante Manchester City, y los bávaros, al igual que los catalanes, definirán el partido de vuelta en su casa. Pero debido a lo exhibido hoy, no puedo imaginarme otro escenario diferente a una nueva victoria del Bayern Múnich en Alemania.


Deberemos esperar una semana para ver los restantes partidos de ida por los octavos de final de la Liga de Campeones. Me parece que el menú más fuerte con las series más atractivas ya se ha disputado. Tal vez me equivoque y dentro de siete días disfrutemos de unos encuentros excelentes y sumamente apasionantes. Calidad dudo que falte. Real Madrid, Borussia Dortmund… En fin, hay equipos fuertes para ver en la próxima semana. Hasta entonces.


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