14 sept 2013

Sin juego y contra la corriente

Hoy se iniciaba la jornada número cuatro del Apertura uruguayo. Nacional tenía un duro encuentro ante Danubio en Jardines del Hipódromo. Por lo exhibido en las tres primeras fechas —donde se cosecharon tres victorias—, a pesar del puntaje ideal, las dudas en el juego existían y daban para pensar. No había dudas de que había que mejorar porque si bien circunstancialmente en los primeros partidos se fueron logrando los resultados —pienso yo que merecidos— eso no aseguraba en absoluto un buen rendimiento hoy.

Y justamente, en resumidas cuentas, eso fue lo que pasó hoy. Nacional no tuvo buen rendimiento a nivel colectivo, y la escena no era propicia para que las individualidades —que las tenemos, aunque hoy faltara Recoba—, se destacaran por sí solas. Por momentos fue todo muy luchado y el hecho de encontrarnos rápidamente en desventaja, por una acción que puede tildarse como falta de sincronización entre la falla de Benegas y la salida de Bava, expuso la falta de creación que hoy tuvimos. La falta de creación es factor común en todos los partidos, pero estando en ventaja, con el rival buscando el empate, se disimulaba mejor.

Danubio concretó ese error en la defensa tricolor y no hizo mucho más durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Tampoco puede pasarse por alto que Nacional queda con diez tras la expulsión de Guillermo De Los Santos. El central que hasta entonces había tenido un inicio de temporada perfecta, hoy intentó un regate arriesgado y, con el estado de la cancha, terminó trastabillando, perdiendo la pelota y cometiendo infracción cerca del área. Tal vez por la manera en vehemente en que intentó rehacerse del error, y cómo cayó el atacante de Danubio, llevaron al árbitro —cuyo nombre prefiero obviar— a decretar la expulsión.

¿Correcta? Respondería que discutible. Hasta el momento no podía enojarme con el árbitro por esa decisión, pero el hecho de que en el segundo tiempo hubiese una situación prácticamente igual pero al revés y que sólo sacara tarjeta amarilla al juvenil danubiano, sí que termina por molestarme a mí, a todos los que estaban en la cancha, sean hinchas, jugadores o los que estaban en el banco de suplente.

También hubo una acción en la ofensiva de Nacional, que terminó con una infracción sobre Iván Alonso. El árbitro no lo vio o no lo quiso ver y el partido continuó. Si bien un penal no siempre es gol, tener la posibilidad de ejecutar uno alimenta y mucho la posibilidad de anotar.

Con los cambios se intentó darle cierto orden al equipo —ingreso de Andrés Scotti por Carlos De Pena—, y también buscar variantes en ofensiva: Santiago García por Richard Porta y Lucas Cavallini por Ignacio González. El canadiense entró bastante bien, dentro del caos que era el equipo quiso y se lo vio precioso cuando intentó trasladar e incluso generoso cuando se tiró al piso para recuperar la pelota. El ‘Nacho’ González hoy no tuvo un buen partido, su participación pasó desapercibida; el ingreso del ‘Morro’ prometió pero al final no resultó.

En general el partido de hoy fue flojo en cuanto al juego del Bolso. Como el resultado final fue una derrota, esto queda en evidencia y golpea más. El árbitro se equivocó; la dualidad de criterio a la hora de expulsar a un jugador y amonestar a otro por una jugada similar confirma lo antedicho. A su vez lo de cobrar o no el penal. Decir que se perdió únicamente por el árbitro sería un error e implicaría tener cero autocrítica: en principio, Nacional no jugó bien, no jugamos bien, y eso pesó a la hora de ir en desventaja en el marcador y no saber sobreponernos a eso.

Sin juego, porque hubo escaso y sólo intentos vagos, y contra la corriente, porque no puede hacerse tampoco la vista gorda a los errores arbitrales que en el caso de hoy fueron siempre para un lado.

El resultado final fue 2 a 0 con victoria de Danubio. En la tabla de posiciones continuaremos bien ubicados y los rivales más directos han acumulado un punto en tres partidos; mañana juegan su cuarta jornada.

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