11 jul 2015

45 veces campeón

Después de un semestre que consolidó a Nacional como el mejor equipo del fútbol uruguayo, obteniendo catorce victorias en quince partidos, llegó el 2015 con más de un tropiezo. La eliminación en la primera fase de la Copa Libertadores y un rendimiento colectivo que no encontraba sus mejores actuaciones, fueron sembrando dudas de cara a la definición. Porque a pesar de lo que ocurriera en el torneo Clausura, Nacional iba a estar en la final del campeonato uruguayo. Finalmente, una vez comenzada la final, las dudas quedaron a un lado y el equipo tricolor exhibió una de las mejores expresiones de la temporada en el último partido; la final que lo coronó campeón por cuadragésima quinta vez en su historia.



A veces resulta paradójico que se juegue durante un año para que todo se resuma y termine definiéndose en noventa minutos de fútbol (sumándose treinta más, por el tiempo extra). Nacional llegaba a la final con la ventaja deportiva de haber conquistado, además de un torneo corto, la tabla acumulada. Ganando el primer partido de las finales, sería campeón. Y así fue.


Un partido soñado en el primer tiempo, con dos goles de ventaja y dominando por completo a Peñarol, se complicó de manera poco creíble. Primero un tiro libre y luego un penal sobre la hora sentenciaron un 2 a 2 que obligaba jugar treinta minutos más. En ese entonces, Álvaro Recoba ya estaba en la cancha y fue el encargado de ejecutar un tiro de esquina. Acción que permitió a Santiago Romero anotar de cabeza el definitivo 3 a 2 para los tricolores. El partido terminó de una manera que nadie desea, con incidentes, con incidentes en una tribuna en particular, que privaron al legítimo campeón a dar una vuelta olímpica con el sabor que se merecía.

Más allá de este partido, en donde Santiago Romero se destacó de manera increíble —dejando de lado el gol, que también es importante— e Iván Alonso dio el primer pase de gol de la tarde y también marcó el segundo de su equipo, sumadas a las buenas intervenciones de Fernández, De Pena, Barca y también de Tabó —cuando ingresó—, quisiera hablar del equipo durante la temporada; de los futbolistas que considero piezas claves y necesarios para lo que se vendrá. Porque en definitiva, esto nunca se detiene.

Aquí quiero darme el lujo de hablar detenidamente de Gonzalo Porras y su contribución, bajo mi óptica, para el buen accionar colectivo de Nacional. Porras es ese futbolista al que le das la pelota y él sabe protegerla incluso con mucha presión encima. Esto es de destacar sobre todo por el sitio en donde lo hace. Le suele dar además buena orientación a la salida del equipo, característica que no veo en Arismendi. Esto va más allá de la precisión con que alguien pueda pasar o no la pelota, es con la noción de juego con la que se elige jugar por aquí o por allá. Recuerdo en el primer semestre haberlo visto, circunstancialmente, pegado a la banda y dándole continuidad a la posesión tricolor. No es común ver estas cosas en nuestro fútbol.



Mi memoria no suele ser lo suficientemente buena, pero me cuesta encontrar un partido en donde Nacional haya jugado bien y Porras no haya tenido buen partido. Para el colectivo tricolor, su aporte es importantísimo, y más aún para su condición de equipo grande, que le exige tener el dominio de los partidos y saber cómo romper los sistemas defensivos que se le presenten. Con su presencia y permanencia —como creo que ya está confirmada—, Nacional ganará mucho para su juego. Esperemos que el nuevo Nacional que se vendrá, aproveche a este jugador incluso de una manera más alta.

Tras titubeos en la pareja de centrales en los primeros partidos, ingresó Polenta y nunca más salió. Este fue otro de los jugadores que le dio un aporte considerable al equipo. Siempre se lo vio sólido, fuerte, atento y con una seguridad que llama la atención para su edad. Es muy difícil que Polenta luego de recuperar una pelota, vuelva a perderla. Incluso cuando los rivales vienen a encimarlo, él los aguanta y sale. En labores defensivas, se le vio pocas fisuras cuando la pelota caía en la última zona del campo. Sobre todo en el primer semestre, Nacional se hizo un equipo muy difícil de vencer, y este fue otro de los pilares para ello.

Unos meses atrás había escuchado que Carlos De Pena abandonaría el Club Nacional de Football al término de esta temporada. Hoy en día, sinceramente, no sé si habrá chances reales de que se vaya (pueden aparecer más cerca del inicio del campeonato, como suele suceder casi siempre). Lo cierto es que Nacional lo extrañará si parte y lo disfrutará si no lo hace. Hablamos de un mediocampista ofensivo que surca la banda izquierda y que no tiene problemas de correr al lateral del otro equipo, si hay que hacerlo. Se lo ve generoso, y no para la tribuna. También se lo oye hablar como si tuviera treinta años y cientos de partidos en su espalda.



De Pena tiene velocidad, y tiene pegada, pegada que ha ido dejando de lado para los remates al arco pero que aprovecha a la hora de meter la pelota en el área. Es punzante haciendo esto, y lo hace muy bien. De hecho, en el clásico de la final, el primer gol viene de una pelota suya que baja Alonso en el segundo palo. Hay méritos de delantero, lo hay y mucho, pero el centro de Carlos De Pena también lo tiene. Es un futbolista joven que a simple vista se lo ve comprometido con el club y con lo que hace, que es jugar al fútbol, y también para aprender y mejorar. Repito, si se queda, la banda izquierda (excepto que lo reubiquen) será suya.

Me gustaría hablar largo y tendido sobre Santiago Romero, un mediocampista que por diversas circunstancias terminó ocupando el puesto de lateral derecho, pero me limitaré a hacer algunas observaciones. Para colmo, el ‘Colo’ tuvo actuaciones fantásticas allí (como lateral), sabiendo cuándo debía ir al ataque y apareciendo muchas veces libre a pocos metros del área rival. Espero que si la defensa se constituye de buena manera para la próxima temporada, Santiago Romero se vuelva una continua elección del entrenador como mediocampista central al lado de Gonzalo Porras.

Me temo que si sigo dedicándole párrafos a cada jugador, esto terminará demasiado largo y tampoco esa es la idea. Así que para ser concreto, destacaré las pinceladas (que se extrañarán) de Gastón Pereiro que partirá para Holanda. También las del ‘Chino’, a quién le he dedicado varios párrafos y alguna entrada en el blog.

Por último, y para cerrar esta entrada, hablar un poco sobre lo que se viene. Gustavo Munúa será el nuevo entrenador del Bolso y al menos a mí me ilusiona lo que puede llegar a pasar. Se ha logrado mantener a futbolistas importantes (de los tres de los que hablé más, diría que la única duda sería De Pena), volverán otros (a destacar Abreu) y siempre se abre la posibilidad de que llegue alguno más (por citar un caso, Esteban Conde). Nacional se preparará de cara a la nueva temporada y siempre con la bandera de la cantera presente en el primer equipo. Amaral y Gorga supongo que tendrán buenas oportunidades y no me cabe dudas que las aprovecharán.

Por lo que fue, habiendo conquistado esta última temporada, y lo que se vendrá, se hará una exhibición de la copa oficial el viernes 17, lo concreto es que el Club Nacional de Football y sus hinchas gritaron campeón una vez más. 45 veces campeón. Y nadie ganó más.

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